El bambu Japones
abr
13
La paciencia del bambú
El bambú japonés no es apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas... ¡la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó solo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. En esos momentos recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que no debemos abandonar por no ver los resultados esperados, porque sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá finalmente llegar al éxito . El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia. Tiempo...
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá solo estés echando raíces..
Cuando la vida nos pone pruebas de pasciencia en una relacion la mejor forma de seguir adelante por mas que parezca es nunca renunciar a dar lo mejor, porque si el reultado esperado no llega si quedara de menos la satisfaccion de haber dado lo mejor de ti y sorpresivamente encontras un regalo invaluarte aprendiste a ser pasciente, porque la pasciencia es una virtudy como todas las virtudes hay que trabajarla.
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